Hola, idiota. Yo te quería. Sí, es cierto, te quería y mucho. Pero
también es cierto que ya no te quiero. Se me hace raro decir estas palabras.
Pero es como me siento y no lo puedo evitar. Necesito escribirte esto. Y lo
prometo: serán las últimas líneas que te escribo. No. Ni se te ocurra pensar
que es una carta de amor, y que voy a seguir queriéndote a pesar de escribir
todo esto. Porque esto ya es una tortura. Tenerte que recordar cada día. Ya no
puedo. Tener que recordar esos momentos tan bonitos que escribí en mi diario.
Recordarte cada 19 ya no será una tradición, será una tortura. Porque ya no
volverás a estar en mi mente. Lo sé. Sé que escribiéndote esto tu ego se hará
más grande. Pero no te preocupes, no me importa. Para mí no serás nada. Porque odio
haberte querido, odio ser yo quien aún te recuerde, odio vivir cerca tuyo, odio
verte por casualidad. Meses atrás lo deseaba. Deseaba verte. En cualquier
sitio. Pero ahora no. Y es que esas veces que nos hemos encontrado, te miraba y
era como si no te conociera. Has cambiado. Pero a peor. Sé que he tardado mucho
tiempo en darme cuenta de que ya no me
importas, de que no eres nada para mí. Pero mira, sé que ese ha sido mi error y
no lo volveré a cometer. Porque ya nunca más estaré aferrada a ti. Y espero, y
lo deseo que cuando ya no te quede nada, te acuerdes de mí, de aquel raro
diciembre y de todo lo que me dijiste y no se cumplió. Porque yo en ese
momento, ya no estaré para ti. Seré feliz, como lo soy ahora escribiéndote
esto. Además no eres el único chico en el universo; seguro que miles y miles de
chicos están esperando conocer a alguien como yo. En verdad, también podría
estar escribiéndote todos y cada unos de los momentos en que me hiciste
especial. Pero no. Prefiero hacerte sufrir como tú has hecho con migo. Aunque
sé que esto te dará igual. A pesar de todo, antes de irme para siempre de tu
vida y decirte adiós, necesito que me hagas una pequeña promesa. Recuérdame.
Aunque sea para insultarme. Pero hazlo. Y no te arrepientas nunca de todo lo
que hicimos porque a pesar de que te odie tanto, yo nunca me arrepentiré.
*Laura.