31.12.13

¡Adiós 2013, te voy a echar de menos!

Y, otra vez, vuelvo a estar aquí, en la misma silla que cada año, con estas gafas que tan poco me gustan y con mis dedos ansiosos por escribir. Quiera o no siempre voy a estar aquí al final del año, con mi banda sonora sonando de fondo y echando la vista atrás con nostalgia. Todos esos recuerdos me invaden, me atrapan, me piden que no los abandone pero también me piden que los recuerde con alegría.
Ahora es cuando leo mis propósitos y mis deseos para este año que ya se nos va y siento un remolino de sensaciones. Siento un poco de decepción conmigo misma por no haber cumplido todos mis propósitos pero también siento felicidad por haber deseado que sea un buen año y que se haya cumplido.
Está claro que todo, todo lo que ha habido en 2013 no han sido alegrías ni sonrisas por todas partes. También he tenido mis momentos malos, mis noches escribiendo a oscuras, mis canciones tristes. Pero sé que siempre, después de todo eso, ha habido una sonrisa con unas palabras bonitas y alguna que otra canción alegre.
Cómo leí una vez, la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado. Sé que siempre ganan los buenos recuerdos así que sí, se puede decir que he tenido un buen año.
La música sigue sonando y los recuerdos se van colando en mi mente para que me una a ellos una última vez.
Aparece una casi morena con rizos riéndose a más no poder. Sé que me cree cuando le digo que realmente soy yo cuando estoy con ella, cuando le digo que no me abriría tanto como con ella, cuando le digo que todas nuestras tonterías no las haría con nadie más. Sé que me cree cuando le digo que es la mejor amiga que se puede tener. Y sé que jamás dejaré de ser feliz los viernes por la tarde, casi todas las clases y todos los ratos que paso con ella.
Y nosotras seguimos riéndonos, nos metemos de lleno en nuestro mundo y aparece Roco. El día 18 ya no es un día cualquiera ni tampoco lo son los colores rojo y verde. Eso lo demuestra la pulsera que ambas llevamos en nuestras manos. Si me pusiera a contar todas las tonterías y todas las conversaciones y todas las miradas y todas las risas que ellos han causado, juro que no acabaría nunca. Ha habido veces que hemos tenido depresiroco, hemos escuchado música triste, hemos prometido que esa sería la última, que lo dejábamos para siempre y, cómo no, hemos roto esa promesa. Me alegro muchísimo de que así sea porque, aunque no sea real, es nuestra felicidad Laura, y eso es lo que más importa.
Y hablando de la felicidad que no es real… aquí aparece este perfecto desconocido que, ¡maldita sea! siempre tiene que aparecer. Él porque tenía un no-sé-qué que me encantaba. Él porque era un buen comienzo. Él porque parecía inseguro. Él porque no lo era y me desconcertaba. Él porque no me hablaba y, cuando lo hacía, parecía tonto. Él porque aparecía en el pasillo menos esperado silbando y sonriendo él solo. Él porque era imposible olvidarlo. Él porque volvió. Él porque no ha cambiado. Él porque no lo conozco. Él porque hace que escriba las letras más bonitas. Él porque solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererle.
625 km que separan nuestros cuerpos pero no nuestros corazones y que un día conseguimos derribarlos. El 22 de junio lo recuerdo con un sonrisa que no se borra y una abrazo que rompe barreras. La sensación de dejarlo todo atrás y correr hacia la persona que te entiende y te ayuda por muy lejos que esté es indescriptible. Pasamos una tarde estupenda caminando por las ramblas con sus amigas, contándonos anécdotas y haciéndonos fotos. Ojalá pudiera volver a esa tarde pero sé que, algún día, esa tarde se volverá a repetir y será muchísimo mejor.
Luego aparece Laia los martes y los jueves y no puedo evitar echarlo de menos ya que ahora nos debemos conformar con vernos algunos sábados. Nunca olvidaré lo buenas que eran esas clases a su lado, ni las risas, ni las bipolaridades, ni los abrazos, ni las fotos, ni las promesas. Adoro las tardes de verano en su piscina y las carreras para no perder el bus y la manera en la que odia a mi anillo y las fotos que tenemos en el mismo sitio.
Y, seguidamente, aparece Mireia sentada a mi lado en las clases de 3º. Cómo olvidar las veces que me llamaba ‘topo’, las veces que me consolaba por notas, sus locas ideas con Jake, los trabajos en los que lo bordábamos, haciendo tortilla, nuestros remixes… ¡Cómo olvidarlo! Aunque diga que no sabe cómo consolar, yo le digo que sí que sabe y mucho. No sé qué hubiera sido de mí durante las clases de 3º sin ella y sin los profes mandándonos a callar.
Y, por fin, hubo un día en el que estas dos chicas se conocieron. Tienen muchas cosas en común y, aunque a veces una hable mucho por el grupo que tenemos y la otra se vaya, se tienen aprecio (en el fondo, ¿a que sí?).
Más adelante aparece una Laura que se cae por la calle y que a las 2 de la mañana aún no tiene sueño. Las locuras que hemos llegado a hacer las 3 Lauras son, simplemente, indescriptibles. Nos gustó que se abriera con nosotras para contarnos sus más pequeños detalles y nos dio la confianza suficiente para contarle los nuestros a ella. Puede que a veces no pare de hablar de sus amores ficticios pero, en el fondo, nos hace reír con sus ideas de bombero. Somos Lauras, somos iguales.
Y, por fin, llegamos al 16 de marzo. Ojalá ese día no hubiera acabado nunca. Una camiseta con su cara y muchos, muchos nervios eran lo que llevamos al Palau Sant Jordi. Las sonrisas se podían ver a kilómetros, su música sonaba en todas partes y no podíamos haber ido con beliebers mejores. Una vez lo vi después de que el contador marcara 00:00:00 juro que me volví a enamorar de él. Canté ‘be alright’ y ‘fall’ con todo mi corazón y le prometí que jamás dejaría de creer. Fue el mejor concierto de mi vida.
Miro más cerca y me encuentro con miles de conversaciones en inglés con Sarah, mi compañera de intercambio. No podrían haberme escogido compañera mejor: siempre pensábamos lo mismo, siempre teníamos unas risas a punto de estallar, siempre teníamos unas palabras bonitas los martes de despedida. Fueron dos semanas con ella que no se me está permitido olvidar y que jamás querría hacerlo.
La música cambia repentinamente y siento que las personas y los momentos más importantes han aparecido tal y como quería y me dejan un sabor a felicidad. Ahora aparecen fugazmente pequeños momentos que, ni mucho menos, son menos importantes. Como siempre digo, mi gran felicidad está formada por felicidades chiquititas.
28 de enero y mi pequeña ahijada pelirroja nace. Sé que voy a quererla incondicionalmente. 6 de abril y la prima más valiente cumple 1 año. Todos los fines de semana en los que Andrea se ha quedado a dormir, todas las pequeñas visitas en las que nos volvíamos locas. Las mudanzas de los yayos, la tortilla de patata de la yaya y los consejos del avi. La semana de verano con mi padrinet y nuestras charlas. Los sábados en los que se madruga o los domingos en los que se come tarde sólo por ver a Iván jugar a futbol. El trabajo tan esperado después de dos años de esfuerzo de mi mama. Los trucos de magia de mi papa. Los primeros días de instituto en los que me rompo un dedo de la mano izquierda. La semana en la UNI con gente nueva estupenda. Carnaval disfrazada de Taylor, una chica que debería ser un chico y una noche de Lauras. Pelos rubios, morenos, castaños y, otra vez, rubios. Cartas los martes o cualquier día de la semana con fotos antiguas. Descubrir que el pelo rizado también me queda bien. Hacer tortilla y no ir al inglés por culpa de Laia y Mireia. Calzone el día de la primavera. Sant Jordi, un poeta y una firma de nuestro escritor favorito. ¿Te crees…? Tardes estudiando las pruebas Cangur. Nuestra pulsera y Roco. Primer picnic beyoncetico. Cameron e Ian. Las pelis que se ven los fines de semana en los que no hay que estudiar. Los libros que se leen cada noche aunque tenga que estudiar. Las canciones (nuevas y viejas) que se escuchan a todas horas. Promesas bajo el ‘compro oro’. La despedida al mejor profe de alemán del mundo. Caracoles en la semana del crédito de síntesis. Esquinas maléficas en las que te puedes encontrar a cualquiera. En San Juan somos brandoms chicas. 2 de julio y por fin, ¡¡tengo móvil!! Fin de semana en una casa perdida con unas personitas adorables. Pelis de verano y otra party hard de Lauras. Todo el verano me suena a canciones de Glee. Más picnics. Tardes seguidas en la piscina. ‘Bajo la misma estrella’ ha sido el libro del año. I’m fifteen. El día entero en Cadaqués con sus aguas cristalinas y sus paisajes hermosos. El coche que se estropea el día de antes de ir al pueblo. Tardes en Barcelona. Fracaso en la feria. Empezar 4º con Laura a mi lado. Encuentros los lunes, y los jueves son días marrones. Miércoles por la tarde en teatro. Los dieces en latín. La china de nuestra clase y el intelectual que tiene intuiciones. Volar por primera vez. Viajar a Alemania. Enamorarme de Haigerloch. Viajes en bus mientras suenan mil canciones con la chupipandy. Pasar una semana estupenda. Últimos días de cole que son buenos (aunque nunca pase nada). Navidades en familia y llenas de amor.
Todas y cada una de esas cosas son las que me hacen ser hoy quien soy, son las cosas que han pasado en un gran año y que, ni por un segundo, tengo pensado olvidar. Por eso lo plasmo aquí, en el papel, por sé que mis sentimientos son verdaderos y que la única forma de darles vida son aquí.
La música ha acabado, los recuerdos han cesado y, me atrevo a decir que, mi mejor año ha pasado delante de mí recordándome que jamás lo olvide. (Nunca lo haré, lo prometo).
Sé que voy a recordar estos momentos toda mi vida así que he decidido hacerlos bien. Estoy escribiendo la historia de mi vida y, de momento, me gusta mucho lo que llevo escrito.

2014, tan sólo espero que seas igual o mejor que este 2013.

(último atardecer del año)

Recordando y recordando me salen textos tan largos como este. Ha merecido la pena volver aquí para fin de año. Siempre siento que mis recuerdos van a estar a salvo aquí.
Espero que todo el mundo tenga una buena noche vieja y un muy feliz 2014. 
¡Vamos a por él!
*Laura.

2.11.13

Creo que he vuelto.

Noche de reencuentros. Noche de gritos de felicidad. Noche de bailar hasta la madrugada. Noche de miles de colores. Ellas salen en tacones, ellos con ganas de conquistar. Pero luego estamos tú y yo. No hace falta que silbe para que vengas; en menos de un día has descifrado mis miradas. Que no, que no te conozco pero me puedo hacer una idea. Y como quien no quiere la cosa, te tengo enfrente de mí. Dos miradas azules se mezclan, dos mundos totalmente diferentes colisionan.

Y, como dicen los versos de Bécquer, clavas en mi pupila tu pupila azul.

Tus ojos me sonríen y no puedo evitar sonreír yo también. Noche oscura, noche que esconde mis mejillas sonrojadas. Tu mirada sigue puesta en mí. Cuanto llevas así, ¿unos segundos? Parecen siglos… Te sostengo la mirada y mis manos tiemblan. ¿Hace demasiado frío o es tu mirada lo que me eriza la piel? Te acercas un poco. Tu cara tiene la misma expresión que cuando te conocí: todo ojos azules, sonrisa pequeña y ganas de conocer(me). Dilo. Dilo y te mostraré los fantasmas que habitan en mí. Pero tu boca sigue sin abrirse y tus ojos azules se acercan cada vez más. Puede parecer imposible pero llevo más de un minuto sin apartar la mirada. Almas gritan en busca de felicidad y la tuya sólo grita un ''vayámonos lejos, muy, muy lejos''. ¿Cómo puede ser que una mirada tan azul, tan cristalina exprese tanto deseo?

Miradas unidas, alamas separadas. No, no pertenezco a este lugar, no te pertenezco. Finalmente, después de muchas palabras nunca dichas, aparto la mirada. Una sonrisa amarga asoma en mis labios y los tuyos sólo dejan escapar una risa. Ambos sabemos que este juego de miradas sólo quedará en eso: un juego. Y ambos sabemos que sigues muriéndote de ganas de conocerme y yo de que lo digas. Dilo y te mostraré cómo dos pupilas azules pueden colisionar en una noche. Una noche mágica. 


‘’Que rían tus ojos al verme llegar.’’


¡Cuánto echaba de menos volver a casa! Y con casa me refiero a este mundillo. No sabéis cuánto me arrepiento de haber estado tan ausente. No voy a prometer que esta será la definitiva, que esta vez me quedaré para siempre. Lo que sí prometo es seguir escribiendo, sea donde sea. Y espero cumplir la promesa de publicar, como mínimo, un texto cada mes. (realmente lo deseo)
¿Y quiénes son estos ojos azules? La verdad es que ni yo misma lo sé. Lo supe durante una noche, nada más. Así que no hagáis mucho caso a estas locas palabras porque, las frases bonitas siempre (siempre) se las escribiré a mi perfecto desconocido.


*Laura.

13.7.13

Eres mi salvavidas.

Y, por primera vez, dije lo que jamás me hubiera imaginado que diría:

-Son como este océano que se extiende ante nosotros, ¿ves? Algunas veces están calmados, de este azul tan clarito, de este azul en el cual te puedes bañar tranquilamente y puedes ver lo que hay detrás: puedes ver el interior del océano y descubrir los pequeños tesoros que éste contiene. Algunas veces hay turbulencias, no hay transparencia, no puedes pasar, las olas no saben adónde van: están perdidas. Pero llega el día y la mar se calma, la mar sonríe. Hay veces en que las olas rompen contra las rocas y sienten impotencia, rabia, miedo. Pero nunca llegan a la inmensa playa, esta playa cálida en la que me recuesto y me siento seguro, me siento como en casa. Esta playa que está llena de pequeños granos de arena, esta playa que se sonroja al sonreír. Pero mi mirada se sigue quedando cautivada por este azul infinito que se mezcla con otro infinito: el cielo. Juntos forman un horizonte en el cual puedo pasarme horas y horas sumergido. No importa hacia dónde mire, siempre hay un espectáculo: azul y azul, azul y blanco rosado, azul y azul oscuro, azul y rojo pasión… Siempre tienes un espectáculo preparado para mí. Muchas de las veces que esta playa se sonroja hay un brillo en medio de este maravilloso paisaje marino: es (eres) mi faro. Brilla, centellea, es feliz. Brilla como si pequeñas estrellas hubieran caído sobre la mar, centellea como si éstas se movieran, es feliz como nunca. No me importaría en absoluto no ver más océanos como éste; es más, jamás querría separarme de estas aguas. Pero, si alguna vez la marea me arrastra lejos, muy, muy lejos, no quiero ver marea alta, no quiero ver como este mar azul se desvanece porque, siempre, por muy pequeño que sea, estará ese faro que me guiará hacia el azul correcto, el azul que adoro contemplar. –después de una larga pausa miré sus ojos, miré su océano y le dije –Sarah, tus ojos son como este océano que se extiende ante nosotros, tus ojos son mi salvavidas.

Y, por primera vez, besé los labios que jamás me hubiera imaginado besar.

-Mi océano te mira así porque te has sumergido en él sin miedo a ser hundido, sin miedo a que nadie te salve.

-Lo cierto es que, bañarme en él ha sido mi salvación.


Salvavidas, salvavidas, llévame a algún lugar donde el mundo no nos encuentre, un lugar donde el azul sea el protagonista, un lugar para poder amarte como te mereces.

Sorry, sorry y más sorry. Mi desaparición se debe a... ¡el verano! Somos jóvenes y libres, debemos aprovechar. Sol, sonrisas de felicidad a mi alrededor, playa, desconocidos que siguen sin dejarse conocer y...¡625km derrumbados! Por fin pude pasar una tarde maravillosa gracias a esta maravilla de persona (Little dreamer). He aquí nuestro primer abrazo. Recuerda: 'la distancia separa cuerpos, no corazones.' Cuando esta fiebre veraniega se pase juro que no me despegaré de blogger.

*Laura.

3.6.13

'Todos somos polvo de estrellas.'


Una noche sin estrellas debe de ser muy triste. No es que la luna por sí sola no tenga belleza; sí que la tiene, y mucha. Ella es como nuestra madre: nos vigila, nos alumbra, nos guía el camino a casa. La luna siempre te mirará con una sonrisa y unos ojos bien abiertos queriéndote decir: ‘’ten cuidado, si te pierdes yo te encontraré’’. Siempre la he mirado con cierta ternura, con cierto cariño. Y es que, al fin y al cabo, ella está siempre ahí arriba, incluso cuando es de día.

Pero hay algo en las estrellas que las hace preciosas. Creo que son pedacitos de nosotros. Cada persona pertenece a una estrella. Cada persona tiene su lugar en el universo. Entre lo inimaginable y lo infinito. Quizá la estrella que está ahí arriba es la valentía que te falta para decirle al chico que te gusta lo que sientes. Quizá esa estrella es el coraje que no tienes para decirle a una persona ‘no’. Quizá es el romanticismo que te falta para conquistar a la chica de tus sueños. Quizá esa estrella es muy grande porque es la prepotencia o el mal humor o el estrés que te sobra. Quizá, poniendo de tu parte, puedas hacerla un poco más pequeña y disminuir tus defectos o, quizá hacerla más grande y eliminar tus inseguridades.

Pienso que, sin las estrellas, la luna no tendría la misma sonrisa de siempre y que la noche sería más oscura aún. Nosotros nos perderíamos sin ellas y ya no sabríamos diferenciar lo bueno de lo malo.

Cada vez que miras hacia ellas, es como si abrieras una puerta hacia el infinito. Puedes ser quién quieras ser, en cualquier sitio. Es como si te miraras en un espejo a ti misma, con la edad que quieras y en la situación que tú elijas.

Cada persona tiene su lugar especial para mirarse a sí misma. Mi lugar ideal, sin duda alguna, son las escaleras que conectan mi casa de verano con el resto del pueblo. Ahí es dónde puedo mirarme, juzgarme, cambiarme, construirme y deshacerme. Ahí es dónde puedo ser yo en cualquier momento de mi vida.

Esa noche abrí la puerta de mi vida y me vi a mí misma bajo las mismas estrellas. Estaba yo en el verano de 2010, en las mismas escaleras, con mi mejor amiga. Todavía oigo vagamente la melodía de las canciones que cantábamos, todavía puedo oler nuestros cuerpos recién salidos de la piscina. Recuerdo sonrisas en nuestros rostros, conversaciones estúpidas, felicidad extrema. Y una única promesa: amigas para siempre.

Miro un poco más cerquita y veo a 5 chicas en una noche de ‘fiesta de pijamas’ bajo las mismas estrellas. Esa noche no pareció una noche, sino un día más. 5 chicas que querían comerse el mundo hablaban sobre futuros perfectos y promesas jamás cumplidas. Tan sólo éramos eso: 5 chicas queriendo vivir. Los pasillos de nuestro instituto nos vieron conocernos, querernos, separarnos, pelearnos, volver a querernos y, finalmente, decirnos adiós. Los pasillos de nuestro instituto ahora se preguntan dónde estamos, qué hemos hecho con esas 5 chicas y por qué las hemos dejado escapar. Sólo las estrellas saben las respuestas a esas tan ansiadas preguntas.

Ahora, intento fijarme en la parte de la estrella que contiene el amor. Estoy yo, en una noche de Diciembre, abrazada a un chico que no tardó mucho en irse. Mariposas volaban cerca de las estrellas haciéndolas bailar de felicidad. Sus ojos marrones miraron hacia mi estrella antes de posarse en mis labios y, la estrella, guardó esa imagen para siempre. Ahora, puedo notar la diferencia entre la mirada enamorada de antes y la mirada indiferente de ahora.

Miro otra vez hacia la estrella y aparezco hace unos meses saltando de alegría al enterarme de que por fin podré abrazar a una perfecta desconocida (que conozco muy bien) después de miles de conversaciones, de risas y sonrisas detrás de la pantalla de un ordenador y después de 652 km separadas. 

Miro más cerca aún y mi estrella me recuerda la sonrisa de hace unos meses al encontrarme de casualidad a un perfecto desconocido en los pasillos de mi instituto. No le sonreía a él, sonreía a mi estrella por recordarme que puedo encontrar mi felicidad en un sitio como ése.

Después de recordarme quién soy, me incorporé y me senté otra vez en las escaleras de mi pueblo. Siempre que me siento perdida y sin rumbo alguno vengo aquí. Es una buena forma de recordarme a mí misma las pequeñas cosas que me hacen feliz. Cada vez que miro mi estrella me doy cuenta de que, en el fondo, no he cambiado. Cuando me sienta perdida siempre estará ella para recordarme quién soy y quién no soy, por qué estoy aquí y por qué, más tarde, volveré a estarlo.

Cada persona pertenece a una estrella. Cada persona tiene su lugar en el universo. Entre lo inimaginable y lo infinito. Algunas brillarán más, algunas brillarán menos pero, al fin y al cabo, todas brillan. Todos tenemos ese centellante brillo en los ojos parecido al de las estrellas, todos dejamos esa estela al pasar al igual que hacen ellas. Todos convertimos en magia nuestra sonrisa al recordar un momento feliz.

Un mal día lo puede tener cualquiera pero las estrellas, como buenos almacenes de momentos felices que son, sólo recuerdan los pequeños detalles, las sonrisas inesperadas y la felicidad verdadera. Recuerda: todos somos polvo de estrellas. 



Sonrisas al recordar lo que un día fui y sonrisas al esperar lo que un día seré 
(y que, obiamente, escribiré para vosotros).

Lo sé, es un poco largo pero es debido a que es el relato que quedó en 2ª posición del Concurso Literario de mi Instituto. 
Si ha quedado en esa posición supongo que es porque vale la pena leerlo:)
*Laura.

16.5.13

9 de mayo.


‘’La distancia separa cuerpos, no corazones.’’ Nunca supe lo real que es esta frase hasta el 9 de mayo de 2012. Siempre tuve una vaga idea de lo que sería tener a una amiga lejos de ti pero estar unidas por un lazo invisible que sólo ellas podían estirar o acortar. Ahora, lo sé a ciencia cierta. Gracias a una página dónde podemos ser quién realmente somos hemos creado un lazo de 625 km que nadie, nunca podrá romper.

Todo empezó con simples comentarios llenos de ternura y admiración. Y luego llegué yo y mi atrevimiento diciéndote: ¡me encantaría conocerte! A partir de aquel momento supe que no me arrepentiría de aquellas palabras.

Empezaron los e-mails y el quedarnos con las ganas de hablar más fluidamente y de saber más la una de la otra. Los largos comentarios seguían y la sensación de que esa chica que escribe tan bien se parece a mí aumentaba.

Hasta ese 9 de mayo. El pequeño lazo que habíamos creado se hizo definitivo ese día. Después vinieron las risas, las canciones pasadas, todas las experiencias contadas, el día en que nos vimos a través de la pantalla y nos oímos, los ‘echo de menos hablar contigo’ y, finalmente, la noticia bomba de que en junio nos veríamos.

No sabes cuantas han sido las veces que me he imaginado nuestro encuentro. Tú bajando del barco, tus amigas grabando, yo temblando de los nervios, las mochilas al suelo y, por fin, ese tan esperado abrazo. Eso es de lo que tengo más ganas: de abrazarte y sentir que, esos 625 km se convierten en centímetros, de sentir que, si nos proponemos algo, podemos conseguirlo.

Siempre tuve una vaga idea de lo que sería contarle a una persona que está a 625 km de distancia mis problemas, mis inquietudes, mis experiencias y que, ella, estuviera atenta a cada palabra que escribiera detrás de la pantalla del ordenador. Ahora lo sé a ciencia cierta y, también sé que por muchos kilómetros que haya entre dos personas, si de verdad existe ese lazo, cualquier cosa se puede cumplir.

Sé que nuestro lazo es irrompible, indestructible e infinito. Lo sé porque, cada vez que hablo contigo es como si estuvieras aquí, cerca, escuchando mis palabras. Así que gracias por entrar en mi vida (espero que nunca salgas de ella).


36 días para derribar 625 km que nos llevan separando más de 365 días. 

La chica que sostiene el otro extremo de ese lazo invisible pero infinito es ella: Little dreamer. No dudéis en perderos un rato por sus encantadoras letras. Vale la pena o, sino, miradme a mí: gracias a su espacio tengo la suerte de verla en 36 días. 
*Laura.

30.4.13

Mi felicidad es sólo mía.



Miro al cielo y sigo teniendo cara de tonta. Tranquilo, ninguna de las veces anteriores ha sido por ti y, ésta, no va a ser menos. Me acabo de dar cuenta de que es por mí. Mi sonrisa no pertenece ni depende de nadie. Mi felicidad es sólo mía. Hay alguna nube en el cielo pero sé que están aquí para dar paso a un azul e infinito cielo. Suena música por todas partes pero sólo una melodía me queda grabada en mí. ‘Here comes the sun’. No sé de qué me suena pero la canto. Ha salido el sol y el infinito cielo azul quiere que baile sobre él. Infinito. Me gusta esa palabra. Pero no el infinito de ‘para siempre’, no. Su sonrisa infinita, mi felicidad infinita, el brillo del mar infinito… ¡Ah! ¿no te lo he dicho? Nuevas historias han comenzado y sé que a mi imaginación le faltan muchas historias nuevas que crear. Quizás no es como yo me lo esperaba pero, la gente, suele entrar sin permiso, sin esperar un ‘no, no puedes pasar’. Hay determinados momentos en la vida en los que sientes que, si cambiaras algo, por muy pequeño que fuera el cambio, esos momentos dejarían de ser mágicos. Hay determinados momentos en los que sientes que nada ni nadie podría hacerte más feliz de lo que ya eres. Pero, toda esa magia, toda esa felicidad la he creado yo. Nadie ha tenido que pasar enfrente mío para que sintiera mágicas mariposas revoloteando por mi estómago ni nadie ha tenido que contarme un chiste malo para que me ría. He sido yo. Una suave brisa acaricia mi pelo y sé adónde me quiere llevar: la llaman felicidad infinita y creo que me quedaré ahí un buen rato. 


Cada amanecer es la promesa de nuevas sonrisas. Y ahora sé que todos las convertimos en magia al recordar un momento feliz. 
*Laura

13.4.13

Sonríe.


En un intento de que la gente sonriera más, de que se miraran a los ojos lo unos a los otros, y de que se apreciaran más los gestos y/o las caricias, el gobierno dirigido por Christie Nothing, ha decidido que solamente se podrán utilizar 167 palabras por día.

Sinceramente, confío en nuestra presidenta, sé que lo ha hecho para que todos seamos un poco más felices y para que haya más sonrisas en este mundo porque, sinceramente, hacen falta. No hago nada más que ver gente triste por todos lados y eso debe cambiar.

La verdad es que me estoy adaptando muy bien a este nuevo cambio. Cada mañana, para saludar a mi hermano pequeño, en vez de decir ‘buenos días, pequeñín’ le doy un besazo enorme en la frente y él ya sabe lo que le quiero decir. En vez de decirle a mi abuela lo buena que estaba la comida, le doy un fuerte abrazo y, automáticamente, ella sabe lo que significa.

Cuando suena el teléfono me lo acerco a mi oreja sin decir ‘hola’. Cuando voy a cualquier restaurante, solamente señalo a los macarrones. Nada más. No quiero malgastar mis palabras con palabras sin sentido. Cuando mi mejor amiga me explica cualquier desengaño amoroso que ha tenido (muy breve y muy resumido) me mira a los ojos, la miro a los ojos y ella, estructurando mi mirada, puede notar mi ‘lo siento mucho’ seguido de un fuerte abrazo.

Veo que la gente también se está adaptando bien, como yo. Subiendo las escaleras hacia mi casa cada tarde, veo a mis vecinos sentados allí. Sin hacer nada más: tan sólo mirándose, aprovechando las pocas palabras que les quedan para decirse cosas bonitas al oído. El otro día me fijé que ella le hacía una suave caricia en la mejilla y que él le decía ‘yo también te quiero’. ¡Tienen su propio código para decirse te quiero! Es una de las cosas más bonitas que he visto desde que han puesto este cambio.

Bueno no, miento. Lo más bonito que han hecho en este período ha sido lo que hace cada noche mi querido amor. No vive en la misma ciudad que yo, pero donde vive también se está aplicando esta nueva ley. Cada noche, tarde (muy tarde) me llama y, con una sonrisa que no puedo ver me dice:

-Sólo he usado 59 hoy. He guardado el resto para ti.

Le explico, brevemente, cómo ha transcurrido mi día y me lamento diciéndole lo mucho que le echo de menos. Él me hace preguntas breves y, cuando ya no le respondo él ya sabe que se me han acabado las palabras y entonces (sólo entonces) es cuando ocurre lo que más me gusta del día: me susurra dulcemente ‘te quiero’ 29 veces. Después de esto me quedo estirada en mi cama con el teléfono en la oreja escuchando su respiración.

Sé que Christie Nothing ha hecho un buen trabajo. Gracias a ella, estos pequeños momentos, se aprecian más, tienen más significado y, sobretodo, hace que la gente se quiera más y tenga más cuidado con lo que dice. Pero aún así, lo más importante es que la gente sonríe más porque, a falta de palabras siempre (siempre) nos quedan las sonrisas.


‘’¿Me ayudáis a seguir sonriendo?’’


Este relato lo hice para un concurso de Christie Nothing y tenía muchas ganas de compartirlo con vosotros (la imagen también es de ella).
*Laura.

3.4.13

I'm back.


 Y aquí estoy, de vuelta. La verdad es que, realmente, nunca me he ido de aquí. Solamente me he sentido perdida este tiempo. Faltaban palabras por decir, por escuchar, por escribir. Faltaban abrazos que dar, miradas que sentir, corazones que tocar, canciones que escuchar, palabras que me emocionaran, sonrisas que me enamoraran, sentimientos ocultos que no sabía expresar. Me faltaban muchas cosas, me sentía perdida, vacía; era un corazón bobeando para nadie. Pero me encontré. No sé cómo, no sé cuándo pero lo hice.

 Pensé que nunca jamás volvería a ser la misma. Pensé que nunca volvería a sentarme de esta manera, ni a ponerme las gafas para escribir, ni a sentir ansias por las teclas de este ordenador. Pensé que nunca me volvería a llegar tanto la melodía de una canción. Pensé que las palabras no tendrían sentido dentro de mí nunca más. Creo que pienso demasiado. Pensé mucho, pensé mundos y nada de eso se creó. Pasó justo todo lo contrario. Es bueno volver a ser la misma, es bueno volver a emocionarse al escribir, al sentir.

 ¿Quién dice que llorar es malo? Si te emocionas es porque sientes y hacía tiempo que no sentía algo así. ¿Acaso estas lágrimas no se están llevando la parte vacía de mí? ¿Acaso estas lágrimas no me están transformando en la persona que creí perdida? ¿Acaso este cansado corazón ha dejado de latir? (creo que no…)

 Tengo demasiadas cosas que contar y demasiadas palabras olvidadas. He olvidado cómo convertir una simple sonrisa en algo mágico, algo que la gente se estremezca al leerlo. (ah no, creo que recuperado la memoria) He olvidado aquellos ojos color miel pero he recuperado una sonrisa con miles de historias que contar. He olvidado cómo se echa de menos a alguien pero he recuperado a un ‘’alguien’’. He olvidado lo destrozada que estaba y he recuperado los trozos que faltaban de mí.

 Hace unas semanas quería comenzar algo pero no sabía por dónde empezar. Tenía miles de sonrisas guardadas pero no sabía a quién dedicárselas. Ahora ya sé por dónde empezar: voy a seguir coleccionando sonrisas y, en especial, la mía. 


''Take me to a place where doors are open,
a lovely little place where no one's broken.''

Gracias por todas y cada una de las palabras bonitas que me habéis escrito. 
Queridos soñadores: me habéis convencido totalmente, nunca querría irme de aquí.
*Laura.

25.3.13

''I just wanna know you better''


Perfecto desconocido, ¿dónde has estado? Por fin te he encontrado. No ha sido fácil, te lo aseguro; he tenido que buscar entre miles de ojos marrones y miles de sonrisas como la tuya. Perfecto desconocido, ¿no me conoces? Soy la chica que le gusta disimular que no te mira, soy la que cada día se va acercando un paso más hacia ti.

No te conozco, no me conoces pero, podemos ser perfectos desconocidos juntos, ¿verdad?

Ahora es cuando dices que sí, cuando dices que el pasado no importa, que jamás tendremos que volver a utilizar máscaras, que todo está bien aunque el mundo se esté derrumbando. Ahora es cuando todas esas canciones de amor cobran sentido, cuando las miradas significan más que las palabras, cuando el puzzle está completo. Ahora es cuando me abrazas y cuando el mundo deja de existir.

Ahora es cuando el dolor desaparece.
Y la tristeza.
Y la soledad.
Y las miradas vacías.

Ahora sólo queda amor y nada más.

Ahora es cuando dejamos de correr y empezamos a darnos cuenta de las cosas importantes, de las sonrisas de la gente, de las miradas sinceras, de esa felicidad extrema que tanto buscamos y que, por fin, hemos encontrado.

Perfecto desconocido, ¿empiezas a conocerme? Quiero que seas tú la persona a la que le cuente mis cosas más extrañas y locas. Quiero que seas tú el que guarde las frases que se me ocurran en cualquier momento. Quiero conocerte más, perfecto desconocido.


‘‘Say you’ll be mine, say we’ll be fine,
Say we’ll be together.’’

Tengo demasiadas cosas que contar y demasiadas palabras olvidadas. 
Tengo miles de sonrisas guardadas pero no sé a quién dedicárselas. 
Quiero comenzar algo pero no sé por dónde empezar. 
(Queridos soñadores: Laura intentará quedarse. Para ello tendréis que convencerla de que se quede.)

*Laura.

8.2.13

Where's the love?


-Todavía creo en mirar a los ojos y en el amor a primera risa –dijo mientras intentaba captar mi atención. Realmente funcionó. Me armé de valentía, lo miré intensamente y le dije:
-Oh, yo también. Menos mal, creía que era la única. ¿Por qué se dice ‘todavía’? ¿Acaso hay gente que no se enamora a primera risa o mirando a los ojos? Con lo bonito que es que te digan que tienes una sonrisa preciosa o, simplemente, que te miren cuando hablas… ¿Qué tipo de personas son aquellas que se sonrojan o que creen en lo imposible? Ah sí, creo que les llaman ‘soñadores’ y creo que formo parte de ellos.
-‘’Son tiempos difíciles para los soñadores’’ decía mi querida Amélie –me respondió.
-¿Y eso por qué? Con lo bonito que es soñar, inventar, crear. Si la gente no sueña, la felicidad se esfuma. Y si la felicidad se esfuma, el amor también. La gente ya no sueña y el amor real está desapareciendo. Porque, dime, ¿dónde ha quedado el ir cogidos de la mano? ¿O el sonrojarse al oír un cumplido? ¿Y qué hay de los largos paseos, las llamadas hasta las 2 o las sonrisas al oler cualquier cosa suya? ¿Qué ha sido de los bailes bajo la lluvia? ¿Dónde están esos labios temblorosos, ansiosos por ser besados? O la típica pregunta de: ¿puedo besarte? ¿Y los besos de película? ¿Qué hay de las tímidas miradas, los roces insignificantes o las canciones dedicadas? Y ese primer pensamiento de ‘espero verlo hoy’, ¿dónde está? ¿Siguen existiendo esas largas cartas escritas a mano que esconden miles de sentimientos? ¿Dónde están las frases de amor al final de la libreta? ¿Y los corazones en las íes? ¿Dónde han quedado las flores el día de San Valentín? ¿En la floristería? ¿Dónde ha quedado todo eso?
-Creo que cualquier persona debería buscar a ver si encuentra cualquiera de estas cosas. Tú, si quisieras, podrías encontrarlas. No entiendo porqué nadie echa en falta estos pequeños detalles. Yo los echo en falta.
-¡Exacto! Yo busco sonrisas que me enamoren, miradas que hagan que mi corazón se acelere. Busco personas llenas de sueños, de esperanzas, de ilusiones. Busco alguien que me mire a los ojos, me coja de la mano y me diga: vamos a dar la vuelta al mundo juntos. Pero, por mucho que me esfuerce, las sonrisas son las mismas, las miradas vacías, la gente no sueña, no tiene esperanzas y, ¡ni hablar de dar la vuelta al mundo! Quizás estoy pidiendo demasiado, o quizás ese tipo de personas ya no existen. Lo único que sé es que las personas que escriben mis frases o mis libros favoritos sienten. Sólo eso: sienten algo. Puede ser mucho, puede ser poco pero tienen corazón, saben lo que es mirar a los ojos a una persona y sentirse afortunado sólo por su existencia.
-Laura, esa gente sí que existe, lo que pasa es que estás buscando en sitios equivocados. Sal de los márgenes, mira hacia fuera y encontrarás las respuestas a tus preguntas. 


‘’Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás.
*Laura.

24.1.13

Qué color prefieres, ¿el rojo o el azul?


Quiero que me cuentes cosas sobre cada persona que has amado. Cuéntame porque les quisiste y porque te quisieron a ti. Quiero que me describas cada pequeño movimiento que te hacía enloquecer y cuanto era su mirada de cálida. Cuéntame que significa para ti la palabra ‘casa’ y háblame sobre la manera en la que bailabas en tu habitación, con tu pijama puesto, cuando tenías 8. Tan sólo quiero saber cómo te sentiste la primera vez que te rechazaron o la primera vez que te dejaron solo en una fiesta. Quiero saber tus manías, lo que te asusta y lo que no, lo que has superado y lo que te queda por superar.
Qué prefieres: ¿los días de lluvia o los días en los que el sol no puede relucir más? Si fueras a construir un muñeco de nieve, ¿cómo lo harías? ¿Te preocupas tanto por tus amigos que, cuando tienen cualquier problema los escuchas hasta el final y después los abrazas con fuerza como si les quisieras decir ‘todo irá bien’? ¿Quién fue tu primer mejor amigo? ¿Lo sigues recordando a día de hoy? ¿Crees que la ira es una emoción sincera o es sólo la timidez de un triste corazón tratando de alejar el dolor? ¿Crees que las personas más calladas, esas que tienen un mundo dentro de ellos, son las que más tienen que decir? ¿Tú qué tipo de persona eres? ¿Me dejas adivinarlo a mí? Quiero saber qué piensas de tu nombre, ¿te gusta? ¿lo cambiarías por otro?
Quiero que me cuentes si, por las noches, te estiras en tu cama pensando cómo sería tu vida si fueras otra persona. O si, nada más acostarte, te duermes profundamente y sueñas con todas las cosas maravillosas que te han pasado durante el día. Cuéntame si alguna vez has sido cruel. O mala persona. O retorcido. Quiero saber tus virtudes pero, lo que más me interesa, son tus defectos. Quiero arreglarlos, quiero hacerlos más bonitos pero no quiero borrarlos. Son tuyos, tú te los quedas, no quiero que me pertenezcan. Sólo quiero hacer algo bueno por ti, nada más.
Quiero saber yo más de ti que tú de ti mismo. Quiero saber qué es lo que haces para ganarte la vida, para merecértela. Quiero saber cuánto tiempo de tu vida gastas en dar a la gente y si tú te quieres lo suficiente como para recibir.
Quiero saber si a veces sangras a través de las heridas de las personas.
Quiero saber si serías capaz de dar la vida por alguien, si te preocupas demasiado por cosas que no puedes cambiar, si, cuando se te mete una idea en la cabeza, no paras hasta conseguirla. Quiero saber si esos ojos marrones son igual de cálidos de cerca, quiero mirarte y no ponerme nerviosa, quiero que seas la razón de mis sonrisas. Quiero coleccionar tus miradas, tus sonrisas, tus risas.
¿Te parece buena idea si me quedo aquí, sentada, y me cuentas todos y cada uno de los momentos (importantes) de tu vida? 


Lo siento por desparecer. Han pasado muchas cosas. Han sido muchas las veces que he querido escribir sobre esto pero, cada vez que me ponía, pasaba algún encuentro que yo no quería que pasara y me desconcentraba. Pero, por fin, vuelvo a mi rincón. 
*Laura is back.