Quiero que me
cuentes cosas sobre cada persona que has amado. Cuéntame porque les quisiste y
porque te quisieron a ti. Quiero que me describas cada pequeño movimiento que
te hacía enloquecer y cuanto era su mirada de cálida. Cuéntame que significa
para ti la palabra ‘casa’ y háblame sobre la manera en la que bailabas en tu
habitación, con tu pijama puesto, cuando tenías 8. Tan sólo quiero saber cómo
te sentiste la primera vez que te rechazaron o la primera vez que te dejaron
solo en una fiesta. Quiero saber tus manías, lo que te asusta y lo que no, lo
que has superado y lo que te queda por superar.
Qué prefieres:
¿los días de lluvia o los días en los que el sol no puede relucir más? Si
fueras a construir un muñeco de nieve, ¿cómo lo harías? ¿Te preocupas tanto por
tus amigos que, cuando tienen cualquier problema los escuchas hasta el final y
después los abrazas con fuerza como si les quisieras decir ‘todo irá bien’?
¿Quién fue tu primer mejor amigo? ¿Lo sigues recordando a día de hoy? ¿Crees
que la ira es una emoción sincera o es sólo la timidez de un triste corazón
tratando de alejar el dolor? ¿Crees que las personas más calladas, esas que
tienen un mundo dentro de ellos, son las que más tienen que decir? ¿Tú qué tipo
de persona eres? ¿Me dejas adivinarlo a mí? Quiero saber qué piensas de tu
nombre, ¿te gusta? ¿lo cambiarías por otro?
Quiero que me
cuentes si, por las noches, te estiras en tu cama pensando cómo sería tu vida
si fueras otra persona. O si, nada más acostarte, te duermes profundamente y
sueñas con todas las cosas maravillosas que te han pasado durante el día.
Cuéntame si alguna vez has sido cruel. O mala persona. O retorcido. Quiero
saber tus virtudes pero, lo que más me interesa, son tus defectos. Quiero
arreglarlos, quiero hacerlos más bonitos pero no quiero borrarlos. Son tuyos,
tú te los quedas, no quiero que me pertenezcan. Sólo quiero hacer algo bueno
por ti, nada más.
Quiero saber yo
más de ti que tú de ti mismo. Quiero saber qué es lo que haces para ganarte la
vida, para merecértela. Quiero saber cuánto tiempo de tu vida gastas en dar a
la gente y si tú te quieres lo suficiente como para recibir.
Quiero saber
si a veces sangras a través de las heridas de las personas.
Quiero saber
si serías capaz de dar la vida por alguien, si te preocupas demasiado por cosas
que no puedes cambiar, si, cuando se te mete una idea en la cabeza, no paras
hasta conseguirla. Quiero saber si esos ojos marrones son igual de cálidos de
cerca, quiero mirarte y no ponerme nerviosa, quiero que seas la razón de mis
sonrisas. Quiero coleccionar tus miradas, tus sonrisas, tus risas.
¿Te parece
buena idea si me quedo aquí, sentada, y me cuentas todos y cada uno de los
momentos (importantes) de tu vida?
Lo siento por desparecer. Han pasado muchas cosas. Han sido muchas las veces que he querido escribir sobre esto pero, cada vez que me ponía, pasaba algún encuentro que yo no quería que pasara y me desconcentraba. Pero, por fin, vuelvo a mi rincón.
*Laura is back.