Siento que me falta algo,
palabras por decir, recados que informar. Quizás alguna palabra bonita a punto
de derramarse que nunca llegó a caer, abrazos que dar, miradas que sentir,
corazones que tocar, canciones que escuchar, lugares que visitar, palabras que
me emocionen, sonrisas que me enamoren, sentimientos que expresar. Quizás tan
sólo sea uno de esos días en que todo te parece absolutamente mal, que ni si
quiera debería de existir en el calendario. Pero lo cierto, es que si existe. Y
se quedará ahí, con la etiqueta de ‘’un día más’’. Es como si el mundo girara,
girara pero yo sigo aquí, quieta, inmóvil. Es como si estuviera esperando algo,
quizá todo, quizá nada, pero sigo esperándolo. Puede que la mejor manera de
sentir algo nuevo sea salir de estas cuatro paredes, dejarlo todo atrás, salir
de la caja de cristal. Pero, lo cierto, es que me da demasiado miedo salir de
la caja, romperla y que ya nada sea como antes. Creo que este paseo no me
ayuda, no me dice nada nuevo. Tan sólo me vuelve a explicar una y otra vez lo
mismo: ‘’Algún día llegará’’. Sí, algún día... ¿Alguien me puede decir cuándo
será ese día? Es como una de esas canciones repetitivas que se te meten en la
cabeza y hasta que no escuchas otra canción no se irá. Pues esto es lo mismo
pero sin la segunda canción. Cada día lo mismo; la sensación de que se me
olvida algo, de que hay una pieza que no encaja. La verdad, no cambiaría nada
de mi pasado pero sí de mi futuro, de lo que me espera. Quiero cambiarlo todo,
desordenarlo, arrancarlo, poner una pincelada de amor aquí, otra de serenidad
allá. Y luego mirarlo fijamente y volverlo a cambiarlo todo sin la preocupación
de que algo se pierda en el camino. Aún con la sensación de que se me olvida
algo dentro, veo la evolución de este texto que en realidad deberían haber sido
cuatro, quizás cinco frases chorras, sin sentido pero queriendo expresar algo:
la desilusión de que cada día sea igual.
No es divertido cómo día a día nada cambia, pero cuando miras hacia atrás todo es diferente.
*Laura.